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Retos de los Sistemas de Cumplimiento 2018

Por Miranda & Amado Abogados

Los sistemas de cumplimiento o compliance toman un rol fundamental al momento de identificar buenas prácticas y procedimientos, que permitan clasificar los riesgos a los que está expuesta una empresa y minimizar sus efectos.

A pesar de que esta práctica empieza a ser impostergable dentro de las organizaciones, todavía existe un amplio debate acerca del área sobre la que deba caer la responsabilidad de guiar a la empresa en el camino del cumplimiento. Es práctica común que la asuma el área legal de la organización. Sin embargo, actualmente existe una clara tendencia a separarla y otorgarle la independencia que la naturaleza de su función amerita.

Aunque se han logrado muchos avances, aún las organizaciones peruanas tienen un amplio camino por recorrer en temas de cumplimiento. Tomando en cuenta esta realidad, el Estudio Miranda & Amado ha recopilado una serie de consejos que les permitirán aplicar una mejor política de compliance dentro de las empresas.

Definición de responsabilidades. Es de suma relevancia contar con un oficial especializado, cuya única responsabilidad sea la aplicación de las políticas de cumplimiento internas en todas las instancias de la empresa. Una de las mejores prácticas internacionales es contar con un equipo especializado en compliance, que puede coexistir con asesores externos que garanticen una adecuada aplicación de estos procedimientos.

Convertirlo en una práctica transversal. Aunque es primordial contar con un oficial de cumplimiento independiente de cualquier área, tiene igual importancia el incluir dentro de cada equipo de la empresa a un responsable de hacer cumplir estos procedimientos. La eficiencia en la gestión de riesgos radica no solo en su rápida identificación, sino en la aplicación de diferentes líneas de defensa que permitan un filtro adecuado de las vulnerabilidades y minimicen los riesgos.

Compliance como valor agregado Es importante dejar de ver al cumplimiento como una práctica voluntaria, y convertirlo en un requisito que integre la estrategia y estructura organizacional. De esta manera se podrán gestionar los riesgos de forma eficiente y asegurar la continuidad de las actividades de la organización. Instaurar una cultura de cumplimiento le permitirá a la empresa dejar de pensar en su aplicación como un costo y empezarla a interiorizar como parte de las buenas prácticas de una cultura organizacional.

Aunque aún existe un largo camino por recorrer, son cada vez más evidentes los esfuerzos que las empresas locales están realizando para una adecuada gestión del cumplimiento y que les permitirán prevenir consecuencias como daño reputacional, multas, sanciones e, incluso, el cierre de sus operaciones.

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